Segunda mano; ¿es el futuro?
El consumismo es una religión con muchos fieles y da la sensación de que el tren de las compras nunca frenará. El bombardeo publicitario de los medios de comunicación repite un único mantra, a saber, “¡compra, compra, compra!”, como si comprar un coche nuevo nos fuera a hacer más felices, o nos ayudara a ser más reconocidos en nuestro entorno social. Desde StopOcasión no estamos en contra de las compras, pero sí creemos que éstas han de realizarse con inteligencia. Es aquí donde tiene relevancia el mundo de la segunda mano.
Porque, regresando al ejemplo de los coches, está muy bien comprarse un vehículo nuevo, pero todos sabemos que no tiene mucho sentido. En cuanto un coche sale por la puerta del concesionario, pierde una parte sustancial de su valor, y pueden encontrarse auténticos “chollos” en el mercado de segunda mano, con pocos kilómetros y poca antigüedad. ¿Por qué nos empeñamos entonces en estrenar todo lo que poseemos?
¿Desprestigio de la segunda mano?
Durante muchos años, particularmente durante las épocas de bonanza, el término segunda mano llegó a estar desprestigiado. Comprar algo de ocasión equivalía a comprar algo usado y desechado por alguien que había decidido comprarse algo mejor. Pero esto era y sigue siendo una concepción errónea y distorsionada de la realidad.
Porque comprar de segunda mano siempre ha sido la alternativa más lógica, especialmente cuando se trata de viviendas, vehículos, herramientas, muebles o electrodomésticos, por los motivos expuestos más arriba. Gracias al auge de internet, es más fácil encontrar artículos de ocasión y comparar precios, prestaciones y características. Existe muchísima oferta y los compradores están cada vez más informados y educados. ¿Por qué gastarme 25.000 euros en un coche nuevo, si puedo conseguirlo de segunda mano por 15.000 y con sólo un año de antigüedad? ¿Tan importante es el olor “a coche nuevo”?
Desde StopOcasión creemos que la segunda mano es el futuro, especialmente si te tenemos en cuenta el crecimiento de la economía circular. Es de vital importancia reutilizar las cosas, en lugar de fabricar cosas nuevas indiscriminadamente. Si consumimos productos de segunda mano, estaremos echando una mano al medioambiente también.